martes, 15 de noviembre de 2011

Las lágrimas retumban, no resbalan, el corazón se hace un nudo, que no me deja respirar, todas mis emociones se me clavan en la espalda sin dejarme respirar, y al mismo tiempo, es maravilloso sentir, poder liberarme de esta pena, de este dolor,soy afortunada, se afrontar el dolor y no todo el mundo está capacitado para ello.
Se nos educa desde pequeños para que no lloremos, para que seamos fuertes y orgullosos, para no defraudar a nadie jamás, y después eso nos pasa factura,yo hoy le he visto partir, ha sido lo más doloroso, mi cuerpo y mi alma se resistían a ello, luchaban contra la pérdida, pero ahora mismo siento liberación, miedo, y respaldo de todo el mundo a mi alrededor a los que al parecer siendo vulnerable, sentimental, pasional, y nada fría, no les he defraudado por que cuento con todos ellos.Gracias

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